VERDADES O MENTIRAS: ¿Qué es lo que mata?
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
Antes de hablar de verdades, habrá que aclarar que estas en muchas ocasiones son parciales, es decir y permítaseme una metáfora, en un desfile cualquiera, cada persona que lo ve, tendrá una percepción o verá una parte diferente de la verdad de lo que ocurre en el desfile, que será diferente para el que lo ve por televisión, para el que asistió en persona, para el que lo ve desde un tejado, para el que desfiló, para el que lo vio desde una barandilla, para el que lo coordina y sabe que es lo que debería estar pasando, etc.
De la misma manera en la vida, ocurren situaciones que dependiendo del personaje que seamos en dicha historia tendremos una visión diferente de lo que acontece, de esta manera dejamos claro que las que todo mundo llamamos verdades, son sin lugar a dudas verdades relativas, parciales, son visiones a veces distorsionadas de la realidad.
Adicional a la mera visión de las cosas tenemos que nuestras expectativas y sentimientos, nuestros miedos, culpas o inseguridades le dan un tinte diverso a los hechos, del mismo modo (permítaseme otra comparación), que sería si cada uno de los que ve el desfile usara lentes de diferente color, el que los trae amarillos lo verá todo con tinte amarillo, lo mismo para el que los use azules, rosas, negros, verdes, rojos, etc.
En la vida ocurre algo semejante, cada uno trae puestos unos anteojos de algún color y todo lo vemos según ese cristal, aunado a nuestra posición en el desfile y nuestros sentimientos, podemos concluir que la verdad está escondida formándose a través de un pequeño pedacito de lo que cada uno ve de la realidad. Por ello la tan famosa verdad es tan huidiza y nadie, absolutamente nadie tiene la verdad completa, sería tanto como pedirle a alguien que usara todos los anteojos posibles al mismo tiempo y ocupara todas las ubicaciones posibles en el desfile de la vida a la vez.
Ahora cuando hablamos de mentiras, las cosas son un poco más sencillas, pues para que algo se considere mentira, se requiere que esa persona esté consciente de que eso es diferente de la verdad que conoce como cierta, esto es, si digo que no hubo gente en el desfile cuando se (porque lo vi), que hubo una gran audiencia y asistencia, esto sería una mentira.
Habrá que distinguir con cuidado la mentira pues la condición como dijimos es que yo esté consciente de que la verdad que yo conozco es diferente, pero pongamos un ejemplo, si yo traía puestos unos lentes color verde y digo que en el desfile todos los uniformes eran verdes, no es mentira desde el punto de vista de que para mí (con mis lentes verdes) todo lo vi verde, sin embargo, se sabe que hubo uniformes de muchos colores, la persona en este caso, no miente, dice la verdad o al menos su verdad, aun y cuando su verdad este muy alejada de la realidad.
Una vez aclarada la relatividad de la verdad y la conciencia de la mentira, analicemos lo que mata y cuando hablamos de matar nos referimos a herir, dañar, lastimar a otro con las verdades o con las mentiras. Del mismo modo como hay verdades que destruyen y lastiman, hay mentiras que hacen lo propio, entonces que es lo recomendable, pues en teoría la verdad es buena por su concepto axiológico y hasta filosófico.
Dijimos anteriormente que hay verdades y mentiras que pueden hacer daño, pues igual hay verdades que liberan y mentiras que protegen, entonces ¿cómo saber si hacemos bien o mal en decir la verdad o mentir?
La diferencia crucial está en la intención, esta es la clave, pues yo puedo decir la verdad porque considero que es una verdad que debe salir a la luz y que esta ayudará a la otra persona a tomar una mejor decisión con respecto a su vida y su futuro o puedo mentir para proteger a alguien de salir lastimado en una situación que no tiene remedio y que no ganaría nada con saber la verdad. ¿Quién va a ganar?, ¿Qué se va a ganar?, estas son preguntas importantes, pues si el beneficiado soy yo con decir una verdad vergonzosa de otro para yo quedar bien es una cosa, pero si mentir sobre un acontecimiento sin importancia para no lastimar a una tercera persona que no tiene la culpa de lo ocurrido son dos cosas muy diferentes.
Antes de decidir mentir o decir la verdad, hay que preguntarse quién gana qué y cuál es la intención, pues no es de nobles lastimar solo por decir la verdad, ni mentir solo para proteger, habrá ocasiones en que amerite decir la verdad aunque haya dolor o mentir aunque la culpa caiga en mi.
Esta es una decisión personal, las llamadas mentiras piadosas, se refieren a cuando se miente para evitar que se sufra innecesariamente, por ejemplo si una familia decide mentir sobre la enfermedad Terminal de alguien pues sabe que el enfermo no resistirá la verdad y morirá más pronto y más angustiado por saberlo, es una decisión válida de la familia, recordando que la intención es no hacer sufrir a un ser querido dándole información que no lo ayudará en nada y sí lo puede terminar de matar. Por otra parte, si una familia decide ocultar a un hijo que es adoptado, que sus verdaderos padres no lo quisieron y lo abandonaron por ejemplo, para evitar que sufra al saber que no es nada de la familia que tanto lo ama y no herirlo, puede ser igual de válido que el caso anterior, recordemos que la idea e intención es no hacer pasar a alguien que amamos por un sufrimiento innecesario.
Cada persona en la intimidad de su propia conciencia sabrá cuáles son sus intenciones al hablar ya sea con la verdad o con la mentira y cargará aunque no lo desee con las consecuencias de haber mentido o haber dicho aquella verdad, sabrá si liberó un guardado secreto que ahora dará mayor plenitud a la vida de alguien o si condeno a la vergüenza, al dolor o a la humillación a alguien con su mentira. Esta es su decisión personal nadie le puede decir cómo actuar, que hacer o que intención tener, lo único que me resta es pedirle que reflexione y que piense dos veces antes de actuar y considere seriamente las consecuencias de lo que hace. ¡Buena Suerte!.