FORMACIÓN HUMANA EN LA EMPRESA

Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores

formacion_humanaHoy en día, pareciera que en la carrera de la competencia por la productividad, los esfuerzos se dirigen a mejorar las técnicas, los procedimientos, la tecnología, etc. pero cuánto de esto realmente reditúa o hasta cuándo, ya que sin importar cuán nuevas y sofisticadas sean dichas tecnologías o herramientas administrativas y de calidad, si nos olvidamos del mas valioso activo que posee toda empresa y que es el único que no se contabiliza en los estados financieros, es decir, el hombre, tarde o temprano la empresa llegará a su límite de crecimiento y no avanzará mas, esto en el mejor de los casos, pues bien podría comenzar su descenso productivo en una espiral sin fin que difícilmente aunque no imposible, se puede detener.

Lamentablemente, existen algunos directivos que consideran a sus colaboradores y empleados como una pieza más del proceso, es decir, “cosifican” a las personas, olvidando que como ellos, son seres humanos también, con problemas y con sueños, con tristezas y alegrías, con frustraciones y necesidades, con aspiraciones y miedos, con motivaciones e inseguridades, etc., como no tener todo ello, si eso, es parte de ser humano, es con seres humanos con los que trabajamos, son los seres humanos los que operan las maquinas, los que aplican las técnicas, los que emplean procedimientos, toman decisiones y administran.

Sin las personas una empresa solo sería un montón de escritorios y maquinas, pero porqué entonces, algunos empresarios no quieren invertir en su gente, porqué no les interesa hacer un estudio sobre el clima organizacional, porqué consideran que desarrollar al hombre es una pérdida de tiempo y de dinero, que es un gasto innecesario, pero están dispuestos a pagar por capacitación que les dé técnicas para que sean más productivos y rindan más, sin darse cuenta que si invierten en hacer que sus colaboradores y empleados sean mejores como personas, el beneficio no solo es mayor, sino perdurable y el efecto de sinergia indudable.

Cuando se habla de hacer mejores personas, nos referimos a formarlas, esto implica fomentar y desarrollar en la gente las virtudes humanas, y algún directivo nos dirá : “pero si yo no soy una asociación civil, ni una iglesia” y tiene razón, pero ¿no le interesa que sus empleados sean honestos, responsables, puntuales, que tengan espíritu de servicio, que sean leales, etc.?, éstas son virtudes humanas y al ejercerlas, al vivirlas, no por obligación, imposición o miedo, sino porque ha habido un crecimiento, una maduración, un despertar de conciencia, etc. el beneficio para la persona, su familia y la empresa en la cual labora, es permanente y claro está, productivo y muy rentable.

Alguien podrá decir: “…pero mi gente es honesta, responsable y trabajadora, no necesito eso de la formación”. No olvidemos que el hombre (y la mujer) es un ser inacabado, inacabable y perfectible, cuando una persona deja de aprender, detiene su crecimiento y se estanca, entonces, comienza a morir. Desafortunadamente, al negarle a las personas la oportunidad de crecer, la organización se la está negando también, ya que la empresa, son las personas y son ellas quienes la hacen florecer o morir.

La dirección de empresas requiere no solo de habilidades técnicas, administrativas y financieras, sino que además se necesitan habilidades humanas que hacen de la dirección de empresas, todo un arte. El día a día de un directivo de cualquier nivel, es decir, de todo aquel que tiene bajo su mando gente, no solo se ve envuelto en problemas de cuotas de producción, estándares de calidad, costos, entregas, etc. sino que, se enfrenta aunque no lo visualicen claramente, a las personas y sus miedos, complejos, vicios, defectos, actitudes, frustraciones, necesidades, ambiciones, etc.

Se le pueden dar cursos a la gente para que se lleve un mejor control de la producción, una buena medición de estándares de calidad, emplear técnicas para minimizar costos, etc. pero como enseñar a la gente a tratar con la gente, como personas, con todo lo que ello implica y que ya hemos mencionado, solo hay una respuesta y es, pensar en el hombre, ocuparme de su formación, promover el desarrollo de sus potencialidades y el acrecentamiento de sus virtudes para que sea un mejor líder, un mejor colaborador, un mejor compañero, miembro de un equipo eficaz y al mismo tiempo se hará de él un mejor amigo, esposo, padre, ciudadano, etc.

Cabe señalar que muchas de las más grandes empresas en México, son empresas que piensan en su gente, se preocupan por ellos, sus necesidades, aspiraciones y sus áreas de oportunidad, estas empresas y grupos industriales, han invertido tiempo, dinero y esfuerzo en generar una cultura organizacional, basada en el enaltecimiento de los valores en que firmemente creen los dueños y altos directivos, son empresas sólidas con gente que se entrega y está dispuesta a dar más, pues sabe que será valorada y reconocida, son gente comprometida con la empresa, con su familia, con su país, pero sobre todo son gente comprometida con ella misma, con orgullo, con valentía y con pasión.

¿Desearía este tipo de gente trabajando con usted, en su empresa?, quiero decirle que ya la tiene, son todos esos hombres y mujeres que esperan ese impulso para comenzar el vuelo, un vuelo que los lleve al desarrollo y despliegue de todas sus capacidades y habilidades, ese impulso que haga florecer la semilla de grandeza que todos llevamos dentro. ¿Costo o inversión? , ¿Personas o piezas del proceso? , la Dirección como ¿Técnica o arte? Todo es relativo y cuestión de enfoques. ¿Cuál es el suyo?.