PROBLEMAS CON AUTORIDAD: ¿Rebelde o Sometido?
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
El concepto de autoridad puede ser asociado con las palabras, mando, dominio o poder, pero ¿qué es la autoridad?, de acuerdo al diccionario, es el derecho o poder de mandar, de hacerse obedecer.
El ser humano aprende el concepto de autoridad desde muy pequeño, en la mayoría de los casos es mamá la que nos describe y enseña cómo es el mundo, así que, en términos generales, si mamá le temía a todo aquello que significara autoridad y poder sobre ella (incluido papá), lo más probable es que yo tema también a la autoridad.
Esto se puede ver reforzado si papá también le temía a lo que para él, era la autoridad (sus propios padres o el jefe), lo que nos complica en gran medida el panorama de un crecimiento sano y equilibrado.
Por otro lado si mamá es una mujer que sabía enfrentar la vida y cuestionar a la autoridad con respeto aunque sin miedo, la imagen de la autoridad para nosotros será más objetiva.
El tercer caso está dado por una mamá que retaba a la autoridad, la descalificaba y desconocía, de modo que bajo este esquema, nos transmite la idea de que no existe una autoridad digna de ser respetada y menos obedecida.
Los casos anteriormente descritos nos darán una clara idea del porqué soy así, cómo es que tal o cuál son así, mis hermanos, mis amigos, mis subalternos, mis hijos, etc. Cómo es que alguien actúa como rebelde sin causa y otro más con absoluta sumisión, incapaz de contradecir al jefe por ejemplo.
Alguien podrá decir, un momento, yo no le temo a la autoridad, pero mi hermano sí, cabe aclarar que quizá yo actúe con seguridad y madurez, pero en el fondo, si tuvimos y nos criamos con la misma mamá, es casi seguro que todos los hermanos crecimos con lo mismo, ya sea miedo, osadía o justo aprecio de la autoridad, aún y cuando no se refleje igual en todos los hermanos, esto se debe a las diferentes formas de compensación que veremos más adelante.
¿La autoridad debe respetarse siempre, nunca, a veces, depende?, y si es así, ¿de qué depende?, El adecuado uso de la autoridad que poseo ya sea como madre o padre de familia, como jefe, como hermano mayor, etc. estará sujeta a mi calidad moral, a la justicia con que trate a los demás, a la prudencia al hablar, a mi capacidad para aceptar mis errores y reconocerlos, solo así mi autoridad será moral y no solo situacional (formal).
Existen etapas durante las cuales la persona va madurando, no solo como autoridad, sino también como sujeto de ella, en la adolescencia por ejemplo, solemos ser rebeldes, es normal sentir que no existe ninguna autoridad capaz de infundirnos respeto alguno, sin importar si se trata de papá, el jefe, el policía, el sacerdote, etc. Pero al ir creciendo, las cosas cambian o debieran cambiar, comenzamos a tener una adecuada y más objetiva visión de la vida y de la autoridad.
Ahora, si yo soy una persona que crecí y aun siento temor por la autoridad aunque ahora se llame hacienda o el director o quien sea, lo mismo si siento ya siendo adulto que ninguna autoridad vale el respeto y consideración mía, entonces tenemos un problema aunque no lo reconozcamos y no importa si es por mamá y sus miedos u osadías, buscar culpables no resuelve nada, lo que tenemos que ver es cómo poder llevar una vida madura, plena y balanceada.
Hablábamos anteriormente de las compensaciones y esto es que del mismo modo como alguien soberbio y presumido solo esta compensando su sentimiento de inferioridad, del mismo modo algunas personas, compensan su miedo con osadía por ejemplo, compensar es un mecanismo de defensa muy natural y hasta lógico, pretende subsanar eso que me lastima o que no me es posible manejar.
¿Pero qué puedo hacer ahora?, bien, como siempre lo primero es darme cuenta, reconocer y aceptar que existe muy dentro nuestro ese temor o desprecio por la autoridad, el simple hecho de tenerlo presente nos habilita para poder estar alertas cuando surge ese sentimiento y es entonces cuando como adultos maduros podremos manejarlo, siendo objetivos y dándonos cuenta que el jefe no es Dios aunque así lo sintamos, mi vida no se acaba si pierdo el trabajo, mi esposo(a) no es infalible, etc. O por otro lado, yo no soy perfecto, no soy realmente mejor que todos los que tienen mayor rango que yo, etc.
Busquemos siempre nuestro crecimiento, esto implica a veces algunas formas de dolor, ya sea psicológico, moral o espiritual, pero solo así lograremos crecer, vencer los propios obstáculos es el mayor triunfo que puede alcanzar cualquier ser humano. Autoridad solo es que alguien está en posibilidades de mandarme algo, no de pisotearme, ni de burlarse, ni significa que no sabe lo que hace, o que no busque mi bien o el bien común, solo está en posibilidad de mandarme a hacer algo, tan simple como eso, ni mas, ni menos. ¡Buena Suerte!.