LA MADUREZ: Que no siempre llega con los años

Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores

13Si buscáramos en el diccionario la definición de madurez, este nos diría que es el estado del desarrollo completo de una persona, también habla de que es la cordura adquirida por la experiencia, pero esto ¿Qué significa? La madurez si bien es cierto que es una etapa del desarrollo del hombre (o mujer), no siempre se ve completada, es decir, no existe una simetría que nos diga que la madurez es un proceso continuo que se desenvuelve a la par del desarrollo físico de una persona, de modo que en muchas ocasiones esta etapa del proceso se estanca, lo que provoca que algunas personas lleguen a edad avanzada sin haber completado de manera moderadamente satisfactoria esta etapa.

Siendo realistas, difícilmente vamos a encontrar una persona que sea 100 % madura y esto se debe a que el hombre como ser humano es un ser inacabado e inacabable, lo que evidentemente nos habla que permanecerá o debiera al menos permanecer en constante desarrollo. Lo que sí es claro es que existen diferentes niveles de madurez y cuando hablamos de inmadurez, nos referimos a esas personas que no han adquirido las características o cualidades que reflejan o determinan un grado de madurez acorde con su edad. Se puede esperar que un joven adolescente tenga reacciones repentinas de furia o que se encapriche con algo, quizá que pierda la dimensión de las cosas, sin embargo para un adulto de más de 40 años esto sería una evidente falta de madurez, pero en términos de la vida cotidiana ¿Cómo podemos detectar que una persona es inmadura o que nosotros mismos somos inmaduros?, ¿Cuáles son las características que debiera tener una persona madura?

A continuación veremos algunas de ellas:

  • Objetividad: Que significa un adecuado aprecio de la realidad, es el no dimensionar las cosas o situaciones.
  • Autonomía: Es la capacidad del individuo de decidir por sí mismo, se es autónomo cuando puedo actuar independientemente de que tenga la aprobación de los demás.
  • Capacidad de amar: Quien ama en forma madura, busca lo mejor para quien ama y no intenta que el otro se convierta en lo que yo digo que debe ser.
  • Responsabilidad: Este es el compromiso voluntario de responder y cumplir adecuadamente con aquello a lo que me he comprometido o me corresponde hacer.
  • Productividad: Esto es trabajar en la satisfacción de mis necesidades y las de aquellos que dependen de mí de forma eficiente, sintiéndome realizado en ello.
  • Visión: Es poder tener una panorámica de la vida, vislumbrando las consecuencias de mis actos y decisiones en el futuro y midiendo su trascendencia.
  • Ética: Es la capacidad de distinguir lo que es correcto y actuar en base a ello.
  • Capacidad de reflexión: Es el considerar el porqué y el para qué de las cosas, reconocer mis errores, fallas y debilidades con honradez, saber cuándo corregir el rumbo o pedir disculpas.
  • Sentido del humor: Esto alivia la tensión y genera buenas relaciones con los demás.
  • Ser amigo: Saber estrechar los lazos de relación y aceptar al amigo a pesar de todo.
  • Manejo emocional: Es el saber y poder controlar nuestros impulsos y reacciones ante los estímulos del medio ambiente, es la prudencia en la expresión emocional.
  • Criterio: Es el poder evaluar la situación o las opciones y saber escuchar a otros para contar con la información necesaria que perfile mi criterio antes de decidir o tomar postura.
  • Seguridad: Es la convicción de reconocer que todas las personas valen por el simple hecho de ser personas, es apreciar adecuadamente mi valor personal y apoyarme en él.
  • Manejarse por objetivos: Es encaminar mis esfuerzos personales hacia fines específicos de modo que me permitan realizarme como persona.
  • Libertad: Es sentir la posibilidad de realizar absolutamente todo lo que yo desee siempre y cuando no perjudique o afecte la libertad de terceros.
  • Manejo de la frustración: Es la capacidad de aceptar las derrotas sin sentirse acabado o sin buscar culpar a otros por los fracasos, asumiendo mi responsabilidad y empezando de nuevo.
  • Sentido de integración: Es el ser coherentes entre lo que pienso, digo, hago, siento y soy, es basarme en principios que sean consistentes y soporten mi vida de manera integral.

Cada uno de nosotros podrá evaluar en forma personal en cuáles de estas características deberá de trabajar. Desde el punto de vista físico, alcanzamos la madurez prácticamente sin tener que mover un solo dedo, pasamos de la niñez a la pubertad y luego al estado adulto sin que tengamos que ayudarle a la madre naturaleza, todos los cambios y transformaciones necesarios se dan sin el mayor esfuerzo de nuestra parte, es decir de forma paulatina y natural al sabio ritmo de nuestro cuerpo. Desafortunadamente, cuando hablamos del desarrollo y madurez personal desde otra perspectiva (no física), nos encontramos con el problema de que ésta no se desarrolla en forma igual y no siempre el mero hecho de vivir muchos años o de llegar a cierta edad nos garantiza el alcanzar esa madurez, es por ello que en primer lugar debemos ser consientes de esto y en segundo, debemos hacer algo al respecto, tomando no solo conocimiento, sino responsabilidad, control y compromiso de nuestro desarrollo como personas.

Lo más fácil siempre ha sido ver los errores del otro, culpar a mis padres, el gobierno, mi pasado, mi esposo (a), mis hijos, el jefe, la empresa, el destino o la suerte, no haciéndonos responsables de nuestra vida y si usted se siente mejor y vive más contento haciendo responsables de todo a los demás, está bien, pero seguirá viviendo en ese mundo suyo en el que el mundo le impide ser feliz. Si por el contrario, usted está inconforme pero acepta el reto de cambiar las cosas, debe comenzar por olvidarse de culpar y tomar las riendas de su vida siendo un hombre (mujer) que acepta el pasado, vive el presente y enfrenta el futuro con responsabilidad, siendo una persona que se hace cargo de su propio desarrollo lo que lo convertirá en un hombre maduro. Esto no es fácil y requiere de esfuerzo, constancia y le implicará a veces dolor y a veces alegrías, pero será usted quien dirija su destino y no el mundo al que hasta ahora quizá, le ha echado la culpa. Disfrute de la aventura de conquistarse a sí mismo y recuerde, ahora todo depende de usted, ¡Buena Suerte!.