ÉTICA: ¿Concepto en Extinción?
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
Para algunas personas, la ética solo se refiere a ser una persona honesta, pero es mucho más que eso, la ética es el conjunto de valores morales que le dan forma y valor a la integridad y dignidad de la persona. Esto significa que no hablamos de una sola cualidad, un solo valor o una sola virtud, es el conjunto de todos los valores morales lo que constituye la ética de una persona.
Debemos aclarar que cuando nos referimos a valores morales no estamos haciendo alusión a cuestiones religiosas o teológicas, se puede ser un ateo honesto o un musulmán generoso o un judío responsable. La religión de cada quien es independiente de la moralidad de sus actos, si bien la mayoría de las religiones fomenta y promueven las conductas éticas y morales, de ninguna manera el no profesar religión alguna es sinónimo de inmoralidad en la persona.
En la vida cotidiana constantemente nos vemos retados o enfrentados a nuestros valores y dependerá de cada uno el ejercerlos o no. Existen innumerables ejemplos de ello, desde la cajera que se equivoca y me da cambio de mas, si soy ético le informaré y devolveré el cambio sobrante, pero hay gente que vive en los “depende’s”, es decir si la diferencia es poco y me conviene quedar bien o volveré al lugar entonces lo regreso, pero si la diferencia es grande y no volveré al lugar pues no lo regreso.
La ética no es algo que se pueda vender o comprar, no es cuestión de conveniencias o circunstancias, no depende del humor o del tiempo, ni de la edad o posición social, no se puede ser honesto en ciertas cosas y deshonesto en otras, no se puede ser responsable en el trabajo e irresponsable en mi familia, se es o no se es, del mismo modo que no se puede estar medio embarazada no se puede ser medio honesto, soy o no soy y eso es todo. La moralidad no acepta medias tintas ni términos medios.
En la empresa, si teniendo la posibilidad, no le pago a mi gente lo que se merece, no estoy siendo justo y por tanto falto a la ética, si no cumplo con mis compromisos, soy irresponsable, si no respaldo a mi gente en sus decisiones, no soy leal, si pierdo mi tiempo en mi trabajo, no soy honesto, si pierdo la calma y me enojo, soy imprudente, si no puedo aceptar los errores del otro, no soy tolerante, si me desespero, no soy paciente, etc.
Las personas no somos perfectas y estamos o al menos debiéramos estar en constante desarrollo y ello implica el que busquemos en nosotros mismos a través de nuestra capacidad de reflexión y con paciencia, honestidad y humildad cuáles son nuestras fallas y comenzar a desarrollar en nosotros aquellas virtudes que nos hacen falta.
La virtud se define como un hábito operativo bueno, lo que nos indica que si nosotros realmente lo deseamos podemos llegar a poseerla ¿Cómo?, como ya lo hemos dicho, la virtud es un hábito y los hábitos tienen su origen en las acciones, hay un viejo refrán que dice así: “Cuando se siembra una acción, se cosecha un hábito, Cuando se siembra un hábito se cosecha un carácter, Cuando se siembra un carácter se cosecha un destino”. Claro está que hay algunas virtudes más fáciles de adquirir que otras, por ejemplo tomemos la impuntualidad, puedo comenzar mañana mismo, llegando temprano a mi trabajo, mis citas, juntas, etc., deberé organizarme y planear mejor mi tiempo y cada vez que yo logre llegar temprano estaré sembrando la acción, al hacerlo repetidamente iré cosechando el hábito y en consecuencia desarrollaré y adquiriré la virtud de la puntualidad, hasta que ésta sea mía. Si soy una persona iracunda que explota con facilidad, tal vez resulte más complicado o requiera de mayor esfuerzo de mi parte, pues cada vez que se presenta una situación que me altere deberé de controlar mis impulsos, pero aunque sea poco a poco, puedo lograrlo si quiero, quizá inicie disminuyendo la intensidad, luego la frecuencia, hasta que pueda conseguir la prudencia y paciencia necesarias para superarlo.
Algunas personas “son” éticas solo cuando las ven, cuando los demás se pueden enterar de lo que hice o dejé de hacer, cuando necesitan quedar bien, cuando les conviene aparentar sus virtudes, pero no lo hacen por convicción personal, no es producto de sus principios, de hecho, siempre que pueden, infringen las reglas. La verdadera ética y moralidad es la que se ejerce independientemente de quien me vea o quien se pueda enterar, es precisamente cuando estoy a solas y con la posibilidad de infringir las reglas cuando vale más el no cometer la falta por propia convicción, porque va en contra de lo que es correcto.
Cuando en un tráfico congestionado porque hay alguna reparación, está pasando el tren o algo, alguien bajo la bandera de que tiene prisa rebasa a todos para crear una tercera o cuarta fila, es decir se inventa un carril que no existe, ellos suelen rebasar a los demás pensando : “que bola de tontos, que están formaditos haciendo fila, yo soy más listo que todos, pasaré antes y ellos seguirán esperando, mírenme, soy más listo e inteligente”, claro eso es lo que él cree que está pasando, en realidad lo que dice es : “Mírenme, que inmoral, poco ético y sin vergüenza soy, miren cómo me burlo del orden, la civilidad y las leyes, miren cómo soy capaz de arriesgar a otros con mi forma de conducir y arriesgarme yo mismo a tener un accidente” . La ética como la hemos definido es un conjunto de valores y me atrevo a decir que no existe una persona que carezca de toda virtud al punto de decir que no tiene ética alguna, del mismo modo, no existe la persona totalmente virtuosa y esto evidencía no solo nuestra imperfección, sino nuestro campo de acción y nuestras posibilidades de desarrollo.
Nadie mejor que nosotros para saber cuáles son las áreas en las que debo de mejorar o cuáles son las virtudes que no poseo para comenzar en un ejercicio de mi voluntad y bajo la conciencia libre de que es mi deseo ser mejor cada día, iniciar el proceso que me permita disfrutar de esta aventura que es la conquista de uno mismo. Piense en toda la ganancia que tendrá cuando pueda ser admirado por otros por el esfuerzo que hace, cuando sus hijos y subalternos lo tomen como ejemplo y se gane el respeto de los demás por darse a la tarea de ser mejor como persona. Como decía un sabio, si logra hoy crecer solo un uno por ciento, y continua así cada día, al final de año habrá crecido un 365 %, todo depende de usted. ¡Buena Suerte!