ESPERAR: ¿Un Tiempo? o ¿Un Milagro?
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
Muchas veces en la vida nos encontramos bajo situaciones incómodas, estresantes o molestas por decir lo menos en ocasiones las circunstancias son prácticamente intolerables y sentimos desesperación e impotencia y pensamos que no queda otra más que esperar a que las cosas cambien y mejoren.
Cuando no hacemos nada simplemente estamos resignados a sufrir lo que consideramos nuestra cruz, la injusticia de la vida que nos tocó padecer, pero cuando decidimos conscientemente esperar a que las cosas mejoren estamos ante una situación en la que cabría preguntarse si solo estamos esperando por un tiempo mientras por otro lado trabajamos en el plan alterno o si estamos esperando que ocurra un milagro.
Vamos a poner un ejemplo, digamos que en su trabajo tiene problemas con un compañero de trabajo y cada día el problema sigue y sigue, quizá usted ya ha intentado diversas formas de arreglar las diferencias y no ha tenido respuesta, ha hablado con la persona en cuestión y o no quiere hacer nada o le dice que si hará algo y al final todo sigue igual. ¿Qué hacer entonces?
Einstein decía que la definición de locura es hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes y visto así es realmente una locura si yo actúo igual y no hago nada para cambiar las cosas y si espero que todo mejore estoy fuera de toda definición de ser cuerdo.
Alguien puede pensar, pero yo si he intentado de todo y no pasa nada, lo primero que hay que considerar aquí es si realmente ha intentado de todo o solo cree que ya no hay opciones, ayuda mucho el apoyarse en otros, pedir consejo, apoyo o asesoría para revisar si realmente no existen otros caminos para resolver el conflicto.
Una vez que damos por sentado que no hay mas caminos disponibles, lo siguiente es decidir la postura que tendré al respecto, me resignaré a sufrir, esperaré un tiempo pasivamente(esperaré un milagro), esperaré un tiempo activamente (lo explicaremos más adelante) o tomo una decisión definitiva que termine el problema de una vez y para siempre .
Resignarse a sufrir es someterse, es darse por vencido, es el equivalente a pagar todos sus pecados soportando a esa persona, esperar un tiempo pasivamente es tener la ilusión de que quizá algún día todo mejore que es casi lo mismo que esperar un milagro, esperar un tiempo activamente sería hacer un balance objetivo y decir, necesito este trabajo pues tengo esposa e hijos además de deudas, pero esta situación no la soporto así que buscaré otro empleo y esperaré (activamente) SOLO mientras lo encuentro.
Tomar una decisión definitiva en este caso es el renunciar al empleo hoy mismo sin importar las consecuencias económicas que esto lleve y aunque algunos lo podrán tachar de irresponsable si se trata de la cabeza de una familia, la verdad es que si esta en riesgo la salud, si está con la presión alta, haciendo corajes y bajo mucho estrés constante, es perfectamente válido que cuide su vida y tome una decisión de tajo.
Nadie absolutamente nadie le puede decir que hacer, aun un consejero o terapeuta, pues este solo le marca y hace ver sus opciones, le ayuda a sopesar los pro y contras y le plantea las posibilidades disponibles, aunque siempre la decisión final de cómo manejar el asunto o que decisión tomar será solo suya pues las consecuencias solo usted las pagará o las disfrutará.
Si en lugar de tratarse de un problema del trabajo se tratara de uno de pareja, el asunto se vuelve más delicado, especialmente si hay hijos de por medio, sin embargo el planteamiento básico es el mismo, asegurarse con la ayuda de un consejero o terapeuta si ya lo ha hecho todo y no hay más qué hacer, luego decidir si esperará pasivamente (que ocurra un milagro) o activamente acudiendo los dos a terapia por ejemplo o decidirá terminar con la relación definitivamente.
Debo decir que cuando se trata de asuntos de índole más personal, entra en juego el factor emocional que no siempre es buen consejero para actuar, es normal que el resentimiento, la impotencia, la desilusión o el dolor no nos permitan ver las cosas en su verdadera dimensión y agrandamos el problema más de la cuenta.
Una parte importante aquí es cuál es la postura de la otra persona, pues mientras esa persona tenga disposición, siempre habrá la esperanza de que con el apoyo externo adecuado (consejero o terapeuta por ejemplo) las cosas se pueden solucionar y el dolor se puede disipar para poder sentar las bases, acuerdos y compromisos que vayan construyendo una renovada relación.
Esto mismo aplica para otras relaciones, amistad, hermanos, padres o madres e hijos o hijas, con la “pequeña” diferencia de que no podemos divorciarnos de los hijos o los padres o los hermanos, sin embargo en el peor de los casos (que no haya disposición alguna de parte de ellos) siempre podremos sentar nuevas formas de relación a partir de usted y sus necesidades, se pueden poner límites aprendiendo a decir NO sin sentirnos culpables pues sabemos que es nuestro derecho procurarnos nuestro bienestar.
Nada ni nadie puede hacer algo por usted si usted no tiene la disposición de resolver el asunto o si cree en verdad que no hay nada que se puede hacer para arreglarlo, por otra parte, tenga cuidado, no vaya a ser que sea usted el del problema y no ha escuchado las veces que alguien le ha dicho no me siento bien con la forma en que actúas o me tratas, no sea usted el que está cerrado a cambiar pues quizá esta bajo la posibilidad real de perder algo importante o valioso, sea un buen colaborador o su esposa o un hijo o un hermano o sus padres, como siempre le deseo lo mejor y ¡Buena Suerte!.