VENCIENDO LA RESISTENCIA AL CAMBIO
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
La resistencia al cambio es un término muy empleado en las organizaciones, pero ¿qué es lo que está atrás de esto, cómo funciona y porqué? Muchas veces se cree que esto de la resistencia al cambio es un mito y que no existe justificación para hablar de ello en la empresa, es común que se piense que solo significa que unos cuantos empleados son necios y no quieren aceptar nuevas disposiciones.
La verdad es que esto es real y tiene una justificación plena. Es una condición natural del ser humano el buscar la seguridad y en buena medida, ésta está representada por el status quo, es decir por el sentimiento de estabilidad que produce el no cambio de las cosas. Con sus contadas excepciones, las personas quieren sentirse tranquilas y cómodas en una situación que dominan, conocen y manejan sin problema, los cambios en contraste, implican un gran esfuerzo de adecuación, aprender nuevas formas de trabajo, de procedimientos y sistemas que en la mayoría de los casos resulta en un reto que exige más trabajo y les genera ansiedad.
Conviene aclarar que existen dos tipos de cambios, los que ocurren en el entorno y los que decide la organización. Respecto a los cambios que se dan en el entorno, no hay control alguno sobre ellos, ejemplos de ellos son los cambios en las leyes, los procedimientos legales, los movimientos en las variables económicas, los asuntos políticos, etc. Solamente es posible en cierta medida estar al pendiente y ver que se pueda prever caminos alternos de acción que la organización puede guardar bajo la manga, sin embargo, algunos de ellos suceden sin previo aviso y ante estos no hay oportunidad de previsión.
Por otro lado tenemos los cambios que la organización determina como necesarios para lograr sus objetivos, la mayoría de las veces es necesario hacer ajustes en el camino para adecuarse a las circunstancias. Albert Einstein el gran científico y genio de la época contemporánea, definía la locura de la siguiente manera: “Locura es hacer las mismas cosas esperando resultados diferentes”. Cuando por alguna razón las cosas no van bien o queremos mejorarlas no hay más remedio que hacer cambios, ya sea en los planes, las políticas, la estructura organizacional, los programas, etc. Dichos cambios claro esta afectan a las personas que laboran en la empresa y dependiendo de las circunstancias en que se den, pueden generar una mayor o menor resistencia al cambio. Cuando una empresa decide un cambio, se pueden esperar dos cosas : Primero, la natural etapa de adaptación que requiere el cambio, que es la curva de aprendizaje, es el tiempo que la gente necesita para comenzar a dominar los nuevos procedimientos o sistemas y durante el cual no se tendrá una productividad óptima por obvias razones. Segundo, la actitud de las personas ante el mencionado cambio, ya que ésta determinará en buena medida la velocidad a la que se podrá implantar el cambio. Si la actitud de la gente es positiva y entusiasta, podemos contar con que la natural adaptación de la que hablamos antes, se dará de manera rápida y los cambios quedarán institucionalizados pronto, lo que reduce en forma importante los costos de la improductividad esperada.
Pero si la actitud de la gente, el personal que “sufrirá” los cambios es negativa, todo será más lento, los costos serán elevados y no sería raro que se vivieran situaciones de boicot para “probar” que el cambio no sirve, no es bueno y no funciona. ¿Qué puede entonces hacer una empresa o departamento que se ve en la necesidad de implementar algún cambio?, si bien la resistencia al cambio es normal, también es cierto que puede ser reducida a niveles satisfactoriamente bajos.
La clave de ello es por una parte, la planeación, en la medida que los cambios sean planeados con cuidado y se den a conocer los beneficios haciendo una campaña interna para que la gente sepa el porqué de los mismos y cómo esto ayudará a reducir costos, re-trabajos, tiempo, etc. en esa misma medida será más fácil que la gente compre la idea y cambie su actitud hacia el cambio por llegar. La comunicación y la información efectiva y oportuna (en la que se le dé a la gente el lugar que merece, después de todo son ellos los que se verán afectados con el cambio), juegan un papel tan importante como la planeación del mismo, ya que el planear correctamente el cambio hará que se dé éste de manera ordenada, sencilla, ágil y fácil.
Como dijimos las personas necesitan sentirse tranquilas de que las cosas estarán bien, que son estables y seguras y los cambios les producen incertidumbre, ansiedad, miedo, angustia, etc. Si por ejemplo habrá un reajuste de personal, la gente necesita saber quiénes, cuándo y cuántos, de otra manera la desinformación les causará un grado de estrés tal, que hará más difícil el contar con una actitud favorable y claro está que las personas bajo estrés, angustia, miedo, etc. no son productivas, aun y cuando no sean ellos los que serán liquidados creen que sí y bajaran la guardia y su productividad, “que al cabo que de seguro ya me voy, que importa…”
Los empleados tienen derecho a saber qué pasará con ellos, que está pasando con la empresa y que se planea hacer para mejorar las cosas, por esto es que las campañas de información son de gran ayuda para darle ese sentido de unidad, de consideración, para fortalecer los lazos con ellos y así será más sencillo contar con su esfuerzo para adaptarse y adoptar los cambios sin queja ni resistencia. La resistencia al cambio se vence con información, vendiendo la idea del mismo y sobre todo haciendo hincapié en la necesidad de hacerlo y de los beneficios que acarreará, no solo a la empresa, sino también a ellos mismos, en su trabajo o su situación. Tratándose de cambios drásticos e importantes, la organización tendrá que decidir si es más conveniente hacerlos poco a poco o implementarlos de una vez y este análisis deberá basarse en el impacto no solo operativo, sino también psicológico de estrés y tensión que causará al personal.
Procuremos ver la parte humana y no solo la estructura, las finanzas, costos y demás, después de todo quienes planean y deciden los cambios también son personas que en teoría deben tener una visión más amplia, clara y profunda de las cosas. Seamos considerados y apreciemos todo el panorama antes de tener que enfrentarnos a la resistencia al cambio. ¡Buena Suerte!.