¿PROFESIONISTA O PROFESIONAL?
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
Es muy común que estos dos conceptos se confundan, cuando en realidad tienen implicaciones muy distintas, de manera que un profesionista puede no ser un profesional y un profesional puede no ser profesionista y aunque parezca trabalenguas, iremos explorando estos dos conceptos para llegar a vislumbrar su verdadero significado.
Un profesionista es aquel que acudió a la Universidad y obtuvo un título universitario, pero nadie nos dice cómo fue que llegó ahí y cómo fue que obtuvo ese tan preciado título. Todos sabemos que siempre hay manera de hacer trampa en los exámenes y de copiar las tareas, incluso hay maestros que venden calificaciones y hasta universidades que venden títulos.
Quiero dejar claro que existen maestros intachables y universidades de alto sentido ético en las que es muy difícil si no imposible hacer trampa, sin embargo, no podemos ocultar el sol con un dedo, de que las hay las hay. Existen personas que están acostumbradas a obtener lo que desean por el camino fácil y con la ley del mínimo esfuerzo, como profesor universitario puedo asegurarles que la mitad de los alumnos se quejan de recibir asignaciones y trabajos y preferirían solo asistir a clase sin tener que trabajar, proponen cambiar los exámenes por trabajos y prefieren ser evaluados por cualquier otro medio excepto por un examen que pruebe sus conocimientos, al menos el 50 % intenta copiar en los exámenes y hacer todo tipo de trampas y habrá que reconocer que a veces son sumamente creativos para ello.
Con esto en mente ahora podemos darnos cuenta de que no todos los que poseen un título universitario son realmente personas que asimilaron los conocimientos requeridos para ejercer una determinada profesión y mejor ni pensar en las consecuencias de ello, porque hay profesiones donde la mala ejecución del trabajo solo puede acarrear pérdidas de dinero o prestigio y aunque esto es grave (no quiero minimizarlo), comparado con otras profesiones como la del médico, psicólogo o Ingeniero civil, los errores o ese hacer trampa en la escuela puede ocasionar pérdidas irreparables de vidas humanas.
Por otra parte un profesional es aquella persona que gusta de su trabajo y es celoso del mismo en el sentido de que tiene el orgullo de buscar siempre hacer las cosas de la mejor manera posible, se esfuerza y busca siempre cómo hacerlo mejor. Busca la excelencia aun y cuando nunca haya escuchado de las teorías de la calidad total y toda esa filosofía que ha inundado a nuestro continente.
Un profesional se reconoce porque llega a tiempo, cumple con lo que ha prometido, hace el trabajo en el tiempo que dijo, no hay fallas y si puede hacerlo, lo hace en menor tiempo o a un menor costo del que se indicó al principio, es una persona orgullosa de su trabajo, demuestra sus conocimientos y dominio de la materia, busca mantenerse actualizado pues sabe que de lo contrario, sin importar a lo que se dedique en poco tiempo estará obsoleto.
Un profesional tiene una actitud de servicio muy desarrollada, tiene la virtud de la honestidad y sabe decir la verdad aunque con ello pueda perder un contrato, un profesional no se preocupa por cubrir sus deficiencias mintiendo, sabe decir no sé, pero lo puedo investigar, es responsable y valora su trabajo. No pretende engañar y hacer promesas que sabe no se pueden cumplir, no finge saber o poder o ser lo que no sabe, es o puede. No pierde su tiempo ni se lo hace perder a otros.
Un profesional conoce sus limitaciones y cuando se requiere de algo que va más allá de sus fuerzas, él mismo sugiere a su cliente o jefe que acudan con alguien de mayor experiencia o grado de especialización. Un profesional tiene la honestidad de decirle a su jefe o cliente lo que en realidad necesita aunque eso lo haga perder esa venta, lo hace porque no piensa en quedar bien o en vender, sino en servir y resolver el problema de su cliente.
Los profesionales se encuentran en todas las profesiones y oficios, de modo que pueden o no tener un título universitario. Ejemplos hay muchos, el albañil que le dice al cliente yo puedo hacerle una barda, pero no puedo construir su casa, necesita a un Ingeniero o arquitecto. El electricista que le dice a la ama de casa, yo no puedo poner las líneas de luz donde usted quiere, no estoy autorizado y es muy peligroso, necesita que vengan de la Comisión. Una maestra que se resiste a las suplicas de una madre por aprobar a su hijo para evitarle una tunda del padre. Una enfermera que se niega a administrar medicamento que no está autorizado por un médico. Un mecánico que dice al cliente no puedo reparar la pieza, necesita una nueva o reconstruida, pero no puedo ponerle ésta, ni mentirle de que se la repararé pues le podría ocasionar un accidente.
Todos estos son ejemplos de gente que no posee títulos universitarios y aun así son todos unos profesionales, son gente honesta y orgullosa de su trabajo, pero también hay profesionistas que además son profesionales, como el caso del médico que dice : “Sr. No sé quién le dijo que necesitaba cirugía, tiene un problema, es cierto, pero puede corregirse con un tratamiento que debe seguir al pie de la letra, pero de ningún modo es necesaria una operación”, aun y cuando todos sabemos que es la principal fuente de ingresos de los cirujanos. Cuando se es profesional no se engaña a la gente por conseguir una venta, por ganar más dinero o quedar bien con alguien, no se juega con el miedo, la desesperación o la ignorancia de las personas. Ser un verdadero profesional, no requiere de un título universitario, requiere de una actitud de servicio, de responsabilidad, de sinceridad, de integridad y ética y esto no se enseña en las universidades, se aprende en casa, se predica con el ejemplo y se logra con la constancia.
Una organización, puede estar formada por profesionales, desde el director hasta los guardias, los ingenieros, las secretarias, los intendentes, los gerentes, etc. Puede crearse una cultura en la que el ser profesionales sea una modo de vida en la empresa, claro que algunos no se meterán al aro como decimos, pero esas personas solitas se están inscribiendo en el listado de próximos a liquidar. Existe también el otro lado de la moneda, empresas que por dinero engañan a los clientes, pero no se les puede engañar mucho tiempo y tarde o temprano, los perderán. Cada organización debe decidir, cuál será su postura, qué es lo que vende y cómo quiere ser visto por los clientes y la sociedad, así como cuánto quiere durar en el mercado. Ahora qué prefiere: ¿Profesionistas o Profesionales? Usted decide. Y ¡Buena Suerte!.