LA VENGANZA: Una lucha sin sentido
Por Dra. Susana Buen-Abad
Director de Desarrollo Humano Consultores
La venganza, se define como la satisfacción de dañar a otros en desagravio de una ofensa recibida. Las personas que tienen una predisposición a la venganza, no suelen tomarse el tiempo para averiguar si la intención de su agresor era la de lastimarlos, acostumbran actuar sin meditar en el asunto y la mayoría de la veces ni siquiera el agresor sabe que lo fue pues la venganza suele planearse en silencio ya que los ataques por sorpresa dan los mejores resultados desde el punto de vista del ofendido vengador.
Existen lamentablemente personas que viven para vengarse y la vida no les alcanza para cobrarse todo el daño que les han hecho, en ocasiones su rencor ante la vida es tan grande que toman como propias las ofensas recibidas por otras personas y se auto-comisionan para vengar a los demás.
Vamos a analizar esto con detenimiento, iniciando con el caso de una persona que sin quererlo lo lastimó a usted, si al menos lo supiera seguramente se disculparía pues recordemos que en este caso no era su intención dañar al otro, pero si no lo sabe y su acción o comentario fue tal vez inoportuno pero no malintencionado, porqué preparar una venganza, porque buscar lastimar deliberadamente, ya que está vez si será un daño consciente, con premeditación, alevosía y ventaja lo que lo hace un delito de primer orden. El otro pobre ingenuo no tiene ni la menor idea de que se está fraguando un plan maestro en su contra. El otro caso sería el de alguien que en un momento de ofuscación, nos dijo algo indebido que nos lastimó, aún en esta situación debiéramos de reflexionar con seriedad, al respecto de si dicha persona se sintió así por culpa nuestra, es decir, porque nosotros primero lo agredimos de alguna manera y si estamos seguros de que no fue así, debemos de considerar las opciones antes de desgastarnos planeando una venganza.
Tal vez aquella persona ya este arrepentida y no sepa como disculparse, tal vez sienta tanta vergüenza de lo que dijo o hizo que no se atreve a acercarse a nosotros o tal vez sintió que se estaba defendiendo de nosotros o que lo merecíamos por alguna razón. De cualquier manera y para cualquiera de estas situaciones la respuesta es el diálogo, el hablar y expresar nuestro sentimiento, el darle a conocer a la otra persona que nos lastimó, dejemos de lado el orgullo pues este es solo otro lastre que impide que se manifieste la verdadera persona y solo ocasiona más problemas.
Hacer daño no tiene sentido, si alguien nos lastimó debemos de decirlo para que el otro se entere y pueden pasar dos cosas o el otro se disculpa o actúa con indiferencia, de ser este el caso lo que procede es poner mis límites para que esto no vuelva a suceder, pues no podemos perder nuestro tiempo y energía tratando de hacer entender a alguien que no debió hacer aquello, pero sí podemos tomar las medidas pertinentes para que no tenga oportunidad de volver a hacerlo.
Si se tratara de algún conocido bastará con que no se le vuelva a ver, si es un amigo, habrá que considerar la posibilidad de que nunca lo fue y si es un familiar, debemos tener presente que en el fondo siempre seremos familia y eso vale más que cualquier ofensa, además de que siempre hay otras personas involucradas pues lastimar como venganza a un familiar siempre herirá a otro ser cercano también familia que no tiene ni tuvo la culpa de nada.
El no hacer nada pero quedarme con el resentimiento para toda la vida solo terminará por minarme por dentro y hasta podría enfermarme físicamente por ello. La respuesta está en dejar todo al tiempo y olvidar el asunto por más grave que este sea, si usted cree en Dios, déjele a él la justicia de lo ocurrido y acepte lo que pasó. Este tipo de situaciones siempre nos dejan una valiosa experiencia y vamos aprendiendo sobre la marcha a ser menos confiados y a poner límites a los demás, esto es bueno siempre que no exageremos y no nos hagamos inalcanzables e inaccesibles a otros que no tienen la culpa y no tienen malas intenciones para con nosotros. Es importante dejar claro que el pasado ya pasó y que no hay nada que se pueda hacer al respecto ni usted ni la persona que causó el daño y lo único sobre lo que tenemos el control es sobre lo que hará más adelante, así que puede decidir entre olvidarlo todo y continuar con su vida o amargársela buscando la revancha.
Es verdad que hay cosas que sufrimos de parte de otros que pueden cambiar el rumbo de nuestra vida, pueden marcarnos para siempre, pero visto desde cierto punto de vista quizá esa es precisamente la experiencia que necesitaba vivir para aprender algo, lo que todos llamamos experiencia en la vida no está llena solo de cosas agradables, sino también de cosas dolorosas y a veces crueles que hemos vivido a lo largo de nuestra vida, pero es esta clase de experiencia la que más nos ayuda a crecer, la que nos va forjando el carácter y la que nos ayuda a entender cómo funcionan las cosas.
La vida es un aprendizaje continuo y solo de nosotros depende que tanto partido le saquemos a cada experiencia. Si usted alguna vez se ha vengado de verdad sabrá que fuera de un superficial sentimiento momentáneo de satisfacción, la verdad es que no se lleva nada, no lo hace crecer como persona ni un solo milímetro más y por el contrario las personas que le rodean lejos de apreciarlo más, le temerán pues sabrán que con usted no se puede cometer un error ya que sabrá vengarse donde más duele y esto provocará que solo quien se sienta perfecto e incapaz de lastimarlo aun sin querer se acercará con usted, o sea, nadie, tarde o temprano irá quedándose solo y su única compañía serán los recuerdos de las magistralmente planeadas venganzas que ha llevado a cabo en su vida, pero sin tener con quien compartirlas siquiera.
Reflexione, medite antes de actuar, la venganza puede llevarlo a un círculo vicioso de venganza y re-venganza de ida y de vuelta que solo destruirá a los involucrados y le aseguro que afectará a inocentes y no acaso todo comenzó por hacer justicia a un inocente (usted). Porqué generar más inocentes lastimados pues cada persona a la que lastime con su venganza sea quien sea, tiene un hermano, una esposa, un hijo, una madre, etc. que no tienen ninguna culpa de lo que usted trata de hacer a su ser amado ¿cierto? Si usted considera que su agresor es una persona sin escrúpulos, ¿quiere usted convertirse en lo mismo? Olvídese de todo y viva su vida con la conciencia tranquila y en paz. No vale la pena pelear, recuerde que “Lo que no te mata te hace más fuerte”, el dolor purifica y siempre nos enseña algo, no se rebaje haciendo y siendo lo mismo que su agresor. Deje el pasado atrás y ¡Buena Suerte!.